Me acuerdo de cuando era muy pequeña, demasiado pequeña como para ver por encima de la mesa. Había una bola de nieve y recuerdo también al pingüino que vivía dentro de la bola. Estaba tan solo hay dentro, que me daba pena. Entonces papa me dijo: “No te preocupes Susy tiene una vida agradable; está atrapado en su mundo perfecto”
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